Retos a los que se enfrentan las flotas eléctricas de transporte de mercancías. Así los afrontamos

Para dar respuesta crítica a los desafíos ambientales y operativos a los que se enfrenta la industria logística contemporánea, la transición hacia flotas eléctricas en el transporte de mercancías emerge como una de las soluciones más prometedoras y efectivas. Sin embargo, esta emigración hacia la electrificación conlleva una serie de retos que requieren un enfoque estratégico y proactivo para su superación.

En el cambio hacia este modo de transporte de mercancías más sostenible y respetuoso con el medio ambiente, existen varios obstáculos y desafíos que vamos a detallar y explicar cómo estamos abordando desde nuestro grupo empresarial.

Uno de los principales desafíos a los que la logística se enfrenta radica en la autonomía limitada de las baterías y en la escasez de infraestructuras de carga suficientes. En el negocio logístico la eficiencia operativa es imperativa, sin embargo, la necesidad de realizar entregas rápidas y en horarios ajustados se enfrenta a la realidad de las limitaciones de alcance y tiempos de carga prolongados. Las largas distancias y la necesidad de cargar frecuentemente pueden afectar gravemente la eficiencia operativa.

Esta discrepancia entre la demanda del mercado y la capacidad de las flotas eléctricas requiere soluciones concretas que pasan por una cuidadosa planificación de rutas y una expansión estratégica de la red de estaciones de carga rápida para garantizar una operación fluida y sin contratiempos.

Además, las flotas eléctricas requieren una inversión inicial significativa. Estos elevados costos iniciales y de mantenimiento que van asociados con la incorporación de vehículos eléctricos a las flotas de transporte representan otro gran desafío para las empresas logísticas. Si bien la reducción de los costos de combustible y mantenimiento a largo plazo puede ser atractiva, la inversión inicial requerida puede resultar prohibitiva para muchas empresas.

Para abordar esta barrera, se requiere un análisis detallado de los costos y beneficios asociados con la transición a flotas eléctricas, así como la exploración de opciones de financiamiento y programas de incentivos fiscales que ayuden a asumir el desembolso.

Sumado a todo ello, la transición a flotas eléctricas también implica ajustes en la gestión de la cadena de suministro. Es fundamental coordinar la logística de carga y descarga con la disponibilidad de puntos de carga, así como optimizar las rutas para maximizar la eficiencia energética y minimizar los tiempos de inactividad. Todos los aspectos de cada operación deben ser examinados y ajustados para adaptarse a las necesidades y limitaciones de los vehículos eléctricos.

La coordinación entre la disponibilidad de puntos de carga y los horarios de carga y descarga debe cuadrarse con precisión para poder programar las operaciones de carga y descarga de manera que coincidan con los tiempos de recarga de los vehículos eléctricos, evitando así tiempos de inactividad innecesarios.

Esto implica que se debe garantizar una infraestructura de carga confiable, eficiente y suficiente para afrontar la recarga de todos los vehículos, lo que puede suponer que se genere la necesidad de instalar estaciones de carga adicionales.

Para afrontar con éxito a todos estos retos, los sistemas de gestión de flotas se vuelven aún más esenciales puesto que pueden ayudar a monitorear el estado de la batería, optimizar las rutas en tiempo real y programar las operaciones de mantenimiento de manera proactiva para garantizar un rendimiento óptimo de los vehículos eléctricos.

En VASCO, como operadores logísticos experimentados que somos, nos comprometemos a enfrentarnos a estos nuevos desafíos como siempre hemos afrontado los retos que han ido surgiendo; mediante una comprensión profunda de las complejidades de la cadena de suministro moderna y aplicando un enfoque multidisciplinario que integra tecnología de vanguardia y análisis de datos avanzados.